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Descubriendo el alma de un bonsái Ficus de 80 años

  Luis Alejandro Herrera       05/07/2019
Descubriendo el alma de un bonsái Ficus de 80 años

A veces, debido a la falta de tiempo, o simplemente a la cantidad de trabajos que tenemos, dejamos atrás un concepto muy importante en bonsái, como es el acompañamiento del árbol o “muchigomi”. Hoy descubriremos el alma de un bonsái Ficus de 80 años.

Ese acompañamiento, en su proceso de formación, diseño y estilización debemos vigilarlo siempre. Algunas veces permitimos que el árbol crezca demasiado y se salga de su silueta y pierde todo su esplendor. Cuando eso sucede (que nos puede suceder a menudo, debido al número de bonsáis que tenemos), debemos organizarnos y comenzar los trabajos cuanto antes, para poder volver a mostrar el alma de nuestro bonsái.

Eso fue lo que hicimos con este gran Ficus retusa de 80 años que ven en la imagen.

Como pueden apreciar, el verde se ha salido de la silueta del árbol. Ha tapado el tronco y no deja ver el árbol correctamente. Además, el nebari ( la base del tronco) ha sido completamente ocultado por unas ramas que han crecido de más.

ficus sin trabajar

Por eso, es importante planificar los trabajos que vamos a hacer, en este caso, vamos a hacer los siguientes:

  1. Verificar que el frente del árbol está bien seleccionado y despejar el frente escogido para que se vea el gran nebari que tiene este árbol.
  2. Corregir con poda de modelado las ramas incorrectas.
  3. Alambrar las ramas correctas para lograr posicionar bien los palcos de nubes o pisos y generar unos volúmenes adecuados.
  4. Acercar un poco más el ápice a la derecha del árbol y más inclinado hacia delante. Logrando el efecto de reverencia adecuado.

 

Verificar que el frente del bonsái está bien seleccionado

Siempre debemos verificar que la mejor cara del árbol sea el frente. Este debe recibir al espectador, invitarlo a pasar y mostrar el recorrido del tronco. No debe ser monótono y debe ser interesante.

Para nuestro Ficus, hemos escogido este lado, ya que se ve el gran nebari que tiene y se observa un recorrido del tronco que es muy bonito y dinámico. El reto está en las dos ramas que lo tapan completamente y que no permiten que el observador entre y lo disfrute. Hay una barrera visual. Así que la primera decisión fue mantener el frente y despejarlo, quitando las ramas que impedían su acceso visual.

Ficus antes y después

 

Corregir con poda de modelado las ramas incorrectas

Es muy importante recordar a John Naka y su excelente dibujo explicándonos cuales son las ramas que no sirven para el diseño. Siempre debemos trabajar el árbol de abajo hacia arriba, es decir, comenzamos por el nebari, luego la primera rama, la segunda y así hasta llegar al ápice.

En este caso, en nuestro bonsái Ficus habían crecido ramas paralelas, ramas en forma de rueda, ramas que iban hacia el tronco y ramas tan largas que cruzaban de un lado a otro del árbol. Las quitamos todas, esas que nacían por debajo, o que simplemente no deberían estar allí.

Debemos recordar que la poda debe hacerse de manera calmada y escogiendo muy bien las ramas que se eliminan, y escoger la dirección de su corte, para que el nuevo brote salga en la dirección que necesitamos para potenciar el diseño.

Una vez hecho este trabajo, despejamos mucho el verde y como pueden observar en la imagen, ahora se ve un recorrido limpio y maravilloso del tronco.

tronco Ficus

 

Alambrar las ramas correctas para lograr posicionar bien los palcos de nubes y generar unos volúmenes adecuados

 

alambre bonsai

Una vez finalizada la poda, debemos alambrar solo aquellas ramas que necesitemos resituar para lograr definir la silueta adecuadamente. Recuerda siempre que el alambrado debe ir en 45 grados. Utilizando las dos manos y moviendo la rama a medida que vamos alambrando, para así situarla y que el alambre no se separe de la rama con la torsión.

El objetivo de esta técnica es posicionar la rama apropiadamente para lograr los pisos y que estos estén formados en diferentes niveles de follaje, imitando su forma en la naturaleza. Esto ayuda también a generar una silueta limpia en el bonsái. Al colocar los pisos de follaje donde corresponden nos facilita crear espacios negativos o vacíos para que se vea más natural. Estos espacios deben ser irregulares, para romper con toda la monotonía del diseño. Al final, lo que deseamos es lograr la armonía. Ese equilibrio entre espacios llenos y vacíos. Entre la madera y el follaje, entre las ramas y el tronco. Esa armonía no es más que encontrar el alma de tu bonsái.

 

Acercar un poco más el ápice a la derecha del árbol y más inclinado hacia delante. Logrando el efecto de reverencia adecuado.

Como último detalle, aunque por ello no menos importante, el posicionamiento del ápice. La parte más alta del árbol (el ápice), debe estar ligeramente inclinada hacia adelante, haciendo una  reverencia al espectador. El ápice puede concluir la dinámica del árbol o puede cortarla abruptamente. Necesitábamos el ápice un poco más inclinado y más hacia la derecha. Alambramos un poco y lo posicionamos donde debería estar. De esta manera ya nuestro bonsái esta completo, rediseñado y listo para mostrar su alma a todos los espectadores que tengan el gusto de conocerlo.

Los futuros trabajos consistirán en terminar de crear los niveles y su follaje con poda de selección y alambrado, darle vigor y llenarlo de mimos como todos nuestros bonsáis. Con técnicas sencillas lograremos sacar el alma de nuestros árboles y tendremos nuestros bonsáis más bellos y armoniosos.

Ápice del bonsái Ficus

¡Anímate! Planifica tu trabajo y encuentra el alma de tus arboles con pasión y con dedicación.

 

Bonsai Pasion Monografico Ficus Retusa

 

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Sobre el autor

Luis Alejandro Herrera

Dar a conocer el arte del bonsái es su pasión. Referente en el mundo del bonsai de Latinoamérica, Luis estudió y participó como instructor más de 15 años dentro de la Sociedad Venezolana de Bonsai. Ha tenido la ocasión de poder ampliar sus conocimientos con grandes maestros del mundo del bonsái como Pedro Morales, Nacho Marín y dentro de la escuela europea con el maestro italiano Salvatore Liporace. Consiguió quedar en el primer lugar del Concurso de Nuevos Talentos Caracas 2016 y realizó con éxito el curso nivel máster de la Escuela Europea de Bonsái en Puerto Rico. Durante su carrera ha sido instructor titular de la Sociedad Venezolana de Bonsái.