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La Perla Verde, trabajo de un bonsaista para salvar a una buganvilla

  Miguel Angel Gonzalez Duran       05/09/2019
La Perla Verde, trabajo de un bonsaista para salvar a una buganvilla

¿Cómo puede una vieja buganvilla, destinada a ser destruida, convertirse en un bonsái tan notable como La Perla Verde ? Esta es la historia que te contamos en este blog.

¿Preparado para descubrir su historia?

Una buganvilla condenada

Originalmente, una vieja buganvilla, condenada

En Otoño de 2010, un antiguo chalet en Fuengirola iba a ser derribado para una nueva construcción.

En una de las puertas del jardín se alojaba, desde hacía muchos años, una fabulosa Bouganvilla, no sólo por la calidad increíble de su corteza sino también por la conicidad y el tamaño que ostentaba.

la calidad increíble de sus cortezas

Desde ese tiempo, había sufrido numerosas podas por los distintos jardineros, encargados de dominar su enorme ímpetu vital. Estas continuas podas la habían ido conformando hasta conseguir de ella un maravilloso aspirante a bonsái. La conicidad inicial se perdía en la parte superior, al haberse bifurcado y originado dos poderosos troncos en paralelo. Pero esto tendría arreglo con un buen trabajo de madera muerta que, además, conformaría el ápice.

Afortunadamente, la dueña del chalet, nuestra amiga Charo García,  persona con mucha sensibilidad, estaba apenada por el futuro tenebroso que les esperaba. Cuando se le propuso formarla para recuperar el bonsái estuvo encantada. Pero las máquinas amenazaban y aunque la época, octubre, no era la más idónea para su recuperación, se procedió a ello.

El rescate por los bonsaistas: El nacimiento de la Perla Verde

Por considerarla una verdadera joya, se le llamó La Perla Verde.

Se cortó a unos ochenta centímetros de altura y se podaron, también, varios troncos secundarios que nacían desde el nebari o desde la base del tronco principal. Fueron necesarias dos personas para extraerla de la tierra y transportarla en un vehículo, con sumo cuidado para no estropear su maravillosa corteza.

su maravillosa corteza

Era un reto conseguir que un ejemplar de estas dimensiones, recuperado en una época adversa, viviera.

Se plantó en Akadama, en una maceta de grandes dimensiones, y durante tres meses permaneció en un invernadero frío, lo que hizo que brotara abundantemente, especialmente en la parte superior, que era lo deseado. Después de diez meses ubicada en el exterior creció con mucho vigor.

tres meses en un invernadero frío

diez meses, al exterior, creció con mucho vigor

Esto permitió que en febrero de 2012 se pudiera hacer un primer alambrado. Sólo se seleccionaron las ramas y se alambraron las más importantes, en el primer tercio, para dar el movimiento adecuado. Las Bouganvillas deben ser alambradas cuando las ramas están tiernas, pues de lo contrario las quebraremos.

Siguió demostrando una vitalidad portentosa durante los siguientes meses y, por fin, en septiembre de 2012 se llevó al Estudio de Bonsái de Miguel Ángel González. El crecimiento había sido muy notable y demostraba hallarse muy fuerte para poder soportar el trabajo que vendría a continuación.

al Estudio de Bonsái de Miguel Ángel González

trabajo con máquinas
Se empezó por cortar los grandes tocones con sierra, para facilitar el posterior trabajo con la máquina.
acabado provisional, luego quema de los restos de fibras
Después de un primera acabado provisional se procede a quemar los restos de fibras.

 

el defoliado, continuando con un minucioso alambrado
Después de estos trabajos, comenzó el defoliado, continuando con un minucioso alambrado; quedando como nos muestran las fotos abajo, con el frente y la espalda.

 

alambrado, con el frente y la espalda

La Perla Verde : Un bonsái excepcional

El Día de Andalucía, 28 de Febrero de 2013, se trasplantó a una magnífica maceta (Naka Watari) de color crema. (Previamente el tocón más grueso fue prácticamente eliminado, dando mayor ligereza al Nebari).

Ahora realmente teníamos delante a LA PERLA VERDE.

LA PERLA VERDE

 

 

Desde 2013 al día de hoy ha ido madurando, eso sí, aplicándole la técnica de defoliado cada año y alambrando las ramitas nuevas que necesitamos para el diseño.

Ha sido presentada ya en algunas exposiciones coincidiendo con su floración.

 

 

 

 

 

 

 

posa en el Tokonoma
La Perla Verde en un Tokonoma con un pintura japonesa de un poema dedicado a las flores en primavera.

 

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Sobre el autor

Miguel Angel Gonzalez Duran

Miguel Ángel González se inicia en el bonsái en el año 1987 en Barcelona, para seguir estudiando posteriormente en la escuela italiana con D. Valerio Genotti y conseguir el título de Arte Bonsái en Italia. Realiza un curso de perfeccionamiento con el primer maestro de Japón D. Kunio Kobayashi. Ha dirigido talleres y realizado demostraciones en Italia y España. Sus obras han ganado premios prestigiosos, destacando el 1er premio en el Congreso Europeo de Bonsái en 2009 y el ganador en IBS al mejor bonsái.